Mar. Oct 8th, 2024

Nos dijeron «van a ver la película The Meg ? Nah… es como Tiburón, nada nuevo». Nos dijeron «van a Sri Lanka ? Nah… es como India, nada nuevo». La verdad ? Se equivocaron en todo. The Meg es una versión más prolija, limpia y moderna de Tiburón. Y lo que vimos en Colombo y Kandy, comparado con India, también es una versión más prolija, limpia y moderna que India. Los autos respetan a los peatones, la gente no tira basura en la calle, agradecen cuando se les abre una puerta y según Dany, la miran mucho menos. Podríamos decir que es India 2.0.

Jamás caemos en los lugares comunes (?), pero nuestro paso por Kandy nos obliga. Si tan maravillado quedó Iggy Pop al visitar la ciudad, por qué pensar en otra banda sonora para este posteo ?

Colombo, la ciudad que rompe mitos

Ya contamos que nos habían dicho que esperar de Sri Lanka. También dijimos que se habían equivocado. Y qué nos habían dicho de Colombo ? Que solo era un lugar de paso, sin nada para ver.

Qué encontramos ? Una ciudad multicultural, con arquitectura mezclando lo moderno, lo colonial y lo histórico. La capital de un país por donde pasaron portugueses, ingleses y holandeses. En 1505 llegaron los portugueses, a los que se les dejó establecerse para «protegerlos de los invasores». Claro que estos empezaron a avanzar, y por el 1638 los holandeses se ofrecieron gentilmente a expulsarlos de Colombo, tan solo a cambio del monopolio comercial de las especias. No tuvieron límites, cosa rara en el capitalismo (?) y se quedaron con todo. Afortunadamente, en 1796 vinieron los británicos, guardianes mundiales de la democracia antes de la aparición de USA y los liberaron (a cambio de quedarse ellos, claro está). Como son buena gente, al poquito tiempo, tan solo 152 años después, decidieron irse y Ceilán (Sri Lanka), logró la independencia.

Ya sin portugueses, holandeses ni ingleses, pero con resabios culturales de su paso, encontramos un país con gente extremadamente cordial y atenta. 70% de budistas, correctos al vestir y respetuosos del espacio ajeno (no se nos pegan en las filas como en India). Los tuc tuc preguntan nuestro destino, ofrecen su servicio y se retiran sin insistir, tras la primera negativa. La sensación es que a la fachada de Colombo le hubieran pasado una mano de occidente. Eso no implica que sea mejor ni peor, no son juicios de valor sino tan solo impresiones.

Llegamos creyendo que veríamos una sucursal de India y no fue así. También pensábamos que Colombo poco tenía para ofrecernos. Tan solo le dedicamos dos días y las ciudades requieren mucho más para poder vivirlas, pero quizás para recorrerla sin muchas pretensiones fue un plazo acorde.

Parque de la Independencia

Claramente ubicado en una zona de clase alta, un gran espacio verde rodeado de negocios y mucha, pero mucha policía. Seguramente no es siempre así, pero tuvimos la fortuna de caer un par de horas antes de un evento al que asistiría el Presidente así que fue poco lo que pudimos ver.

Templo Gangaramaya

Bizarro, en el mejor escenario. Vidrieras con miles de donaciones rozando lo gracioso. Anteojos, relojes, joyas. Autos antiguos y no tanto estacionados juntando polvo. De un lado, escalones con  efigies de buda en la posición «Dhyana» (la de las manos cruzadas) y del otro, la escultura de Buda más pequeña del mundo. Tanto, que hay que verla con lupa.

Si no fuera que jamás nos burlaríamos de las religiones, diríamos que esto estaba más cercano a un circo que a un templo. Pero como no nos reímos de estas cosas, ni lo vamos a escribir.

Seema Malakaya

Un pequeño templo adentrado en una laguna. Vistas maravillosas, matizadas con un arcoíris que parece casi marca registrada de Colombo porque lo vimos varias veces.

Mezquita Roja

Los cráneos se desviven para ponerle «Jami Ul Alfar» y vienen los turistas y le degradan el nombre. Ubicada en Pettah, es una de las más antigua de Colombo (1908) y era vista desde el mar por quienes llegaban a la ciudad. Hoy, rodeada de otras construcciones, ya no se ve al llegar pero no pierde su encanto.

Está en una zona comercial que nos pareció muy entretenida y pasamos un rato largo viendo un verdadero mercado callejero para colombinos. Un buen cambio tras tanta cosa para turista, disfrazada de mercado local.

Lago Beira

Podríamos llamarlo el lago invisible porque no lo vimos, o el imposible, porque lo intentamos pero no llegamos. Una vez más, Google nos mandó por un camino tan extraño que si no hubiéramos estado en Sri Lanka, seguramente no viviríamos para contarlo.

No sabemos si valía la pena, por lo pronto debimos contentarnos con alguna foto muy lejana de lo que creemos que se podría ver al llegar. Ya se, nos van a decir que nos perdimos el lugar más hermoso de Asia…

Kandy, el centro odontológico budista

Hemos visto los más inverosímiles argumentos utilizados como motivos para hacer templos, levantar museos o declarar sitios históricos. Cómo olvidar Lumbini, donde pagamos por ver el árbol donde nació Buda ! Y como la humanidad se supera día a día, llegamos a Kandy, corazón del budismo y «capital de las montañas», bellísimo lugar donde encontramos… un diente de Buda. Así es, en Dalada Maligawa está el Templo del diente de Buda. Es lo más absurdo hermoso que vimos en nuestras vidas ? Jamás lo sabremos, no fuimos porque salía USD 30 la entrada no se ve nada ya que el diente no está en exhibición.

Pero qué encontramos en Kandy ? Una ciudad pequeña, coqueta y con un marco que le dan las montañas que nos pareció espléndido para simplemente tomar un café y ver como todo se movía a nuestro alrededor.

Jardín Botánico de Peredeniya

La historia de las 60 hectareas del Jardín arrancan casi en el 1400 cuando el trono se instaló allí, pero no fue hasta el 1821 cuando los ingleses lo trasladaron y rediseñaron. Con el correr de los años fueron incorporando nuevas especies de todas las latitudes, hasta que llegamos al día de hoy, donde hayamos plantas de casi todo el mundo, salvo de Argentina. Giles, ellos se lo pierden.

Templo Bahirawakanda

Un templo de Buda en una montaña ? En serio ? Cómo se les ocurrió algo que solo se repite cada vez que vemos una montaña ?

No sabemos que contarán las leyendas al respecto, pero lo que si sabemos es que lo financió el ex Cónsul de Sri Lanka en Bangladesh. Y este dato, no lo van a encontrar ni googleando hasta el cansancio. Cómo lo sabemos ? Porque era el padre de la dueña del hotel en el que paramos. Y ya que hablamos del hotel, envidien disfruten la vista que teníamos al desayunar.

Templo Kataragama Devalaya

Nosotros no podemos organizar un partido de fútbol sin que se maten entre hinchadas. En Kandy, hay un templo que reúne al hinduismo y budismo bajo el mismo techo. O mejor dicho, es un complejo de templos, dedicados a Kataragama (budista) y Murugan (hinduista), al que se accede por la misma puerta.

Nos gustó, pero nos sorprendió un monje que nos hizo toda una ceremonia y al finalizar, nos pidió plata para rezar por nosotros al día siguiente en el Templo del Diente de Buda. Mostró un cuaderno donde figuraba cuanta plata ponía cada turista, además de su nombre y nacionalidad. Ninguno bajaba de USD 7 por persona, y la mayoría donaba USD 15. Sabemos que es una estafa shockeante, una falta de respeto a la religión. Pero también tenemos nuestro corazón, así que le dimos USD 1 (entre los dos). Y gracias que Dany me frenó cuando le quería pedir factura para que nos devuelvan el IVA saliendo de Sri Lanka.

Sigiriya

Imaginamos la escena. Dos administrativos de gobierno en Sri Lanka:

Empleado A: Che, te acordas de Sigiriya, donde estaba el palacio del Rey Kasyapa ?

Empleado B: Si, que garrón… no quedó nada. Está todo destruido. Solo quedan dos piedras enormes. Además queda lejísimos, no da ni para vender los terrenos.

Empleado A: Para… y si le cobramos a la gente por ir y subir ? Viste como son los turistas. Si no es gratis, se desesperan por ir.

Empleado B: Excelente ! Pone un precio absurdo, así además se llena de boludos !

… no sabemos si la charla habrá sido exactamente así, pero fuimos a pagar la entrada para subir a una de las piedras, que en realidad es el resultado de una erupción de magma en un volcán extinguido.

Se puede subir a Sigiriya o Pidurangala. Optamos por ésta última porque la entrada es más barata y la subida menos exigente vista es mucho más bonita.

Frío, allá vamos

Basta de bermudas y remera sin mangas. Volvamos al turismo aventura (?). Bueno, no tanto. Pero si bajemos 15 o 20 grados la temperatura y vayamos a Nuwara Eliya. Más montañas (con Budas arriba, obvio), plantaciones de té y mucho de ese verde como el que nos gustó en Cameron Highlands. Se viene el que describen como «el viaje en tren más lindo del mundo». Será para tanto ? Esperen hasta el próximo posteo para develar este misterio…

Mientras tanto, antes del frío, pasen y vean las fotos de Dany. Ya saben que guarda las mejores para ella y acá manda lo que le sobra, de lástima.