Comer, pasear, visitar amigos, descansar. Comer, pasear, visitar amigos, descansar. Repetir hasta hartarse (aunque nos pueden creer, eso no es posible en esta ciudad). Un loop eterno de actividades que no pueden considerarse trabajo. Viendo a los locales y su envidiable modo de vida, no es algo solo para turistas. Bienvenidos a Madrid en primavera, donde el mundo cede lugar al disfrute pese a que el deporte nacional del español sea quejarse.
Crisis, qué crisis ?
Dicen que hay inflación, que falta trabajo. que todo es cada vez más difícil… y quizás tengan razón en función de la historia (reciente…) que viven los españoles. Pero de ahí a pensar que es una «crisis» al estilo las que vivimos en nuestros países latinos (con Argentina a la cabeza), hay mucha distancia.

Es cierto que hay inflación y algunos precios subieron. Es cierto que la sensación es que algo más puede pasar. Pero en todos lados buscan gente para cubrir puestos de trabajo, aunque orientado a servicios, donde seguramente los salarios no son los más elevados. Sigue habiendo crédito, tanto para productos menores (electrodomésticos, celulares, etc) como para bienes inmuebles (con tasas menores al 2% anual).
Ya imagino a los detractores diciendo que «son deudas a 30 o 40 años» y tienen razón, pero no hay países donde se puedan comprar propiedades en efectivo y esto sea accesible para la población.
Vimos más «homeless» que en visitas anteriores y hasta gente revisando la basura (casos muy puntuales). Pero también vimos restaurantes y bares a full cualquier día de la semana. Comercios con gente comprando. Y no solo turistas sino locales.

Little América
Quizás lo que nos sorprendió fue la increíble cantidad de extranjeros viviendo en Madrid. Por la calle los acentos venezolanos, colombianos, cubanos y argentinos nos parecieron mayoría. En una economía creciente, esto no afecta a los «españoles originales». Si realmente la crisis se agrava y la situación desmejora no creo que los extranjeros la pasen bien. Las generaciones españolas más grandes, recuerdan cuando ellos tuvieron que emigrar. Los más jóvenes, con menos memoria, no los imagino contemplativos con los extranjeros, a los que seguramente culparán de todos los males. Dicen que «No hay nada más parecido a un fascista que un burgués asustado». Ojalá sea solo una impresión errada.

También somos turistas

Como todos sabemos, somos fanáticos de los museos cuando son gratis porque el arte es lo nuestro. Prado, Reina Sofía, Arte Contemporáneo. Thissyen, Palacio Real, Historia de Madrid, Sorolla, Romanticismo y Arqueológico, fueron algunos de los lugares donde tratamos de entender como esta gente dejó de ser potencia un poco más sobre arte, cultura e historia. Igual, para lugares con historia, nada como el Cementerio Boquense.
Pero más allá del pasado glorioso que se ve puertas adentro, los que nos sigue cautivando de Madrid es lo que se ve puertas afuera.
Es una ciudad con gente atractiva, bien vestida, generalmente cortés y con una arquitectura que nos obliga a ir caminando con cuidado ya que de tanto mirar para arriba, corremos el riesgo de caernos en algún pozo lleno de agua podrida…

Como vamos a extrañar ciertas cosas…
Amigos ? Comodidad ? Idioma ? Seeee, ponele… pero lo que seguro añoraremos en breve es lo que se come (y toma). Si tengo que responder rápidamente que es viajar, seguramente diré «Un atardecer con un te a la menta en la plaza Djema El Fnaa en Marrakesh«. Y Dany tampoco dudará «Empedarse a más no poder con sidra de barril de Madrid». Así de parecidos somos.

Disculpen si no hay muchas imágenes gastronómicas, pero lo que traían a la mesa poco duraba como para poder ser fotografiado.
Ojalá sean conscientes
Dejamos Madrid pensando en nuestras charlas con amigos y conocidos, españoles o no. Ojalá se den cuenta lo que tienen. Algunas cosas nos parecen obvias, merecidas y lógicas. Pero cuando vemos el mundo (el real, el otro), tomamos verdadera dimensión que si pudiéramos darle valor a algunas cosas (materiales y de las otras), disfrutaríamos mucho más nuestro paso, por donde fuera y por lo que dure.
Ahora, parada tipo pit stop de Fórmula 1. Nos vamos 3 días a Burgos. Nada mejor que un poco de descanso después de tanta vagancia (?). Chau, y todos aquellos que visiten ésta ciudad, nunca olviden que el que no salta, murió acá.