Qué hace cualquier persona normal cuando viaja por Londres ? Se instala en una casa ajena y se hace cargo de una mascota, obviamente. A quién no le pasó alguna vez ? Bienvenidos a una nueva (y loca) etapa de este viaje. Hoy: Walthamstow y Tam, nuestra zariguella canina galgo inglesa por 10 días.

Cambia, todo cambia
Ya lo cantaba Mercedes Sosa y que todo cambie, no es extraño. De hecho, si no fuera así seguiríamos siendo seres unicelulares hace miles de millones de años. El ser humano evolucionó, se desarrolló, se paró en dos piernas, inventó el fuego, la rueda, las armas y un día boca murió en Madrid.
Y llevándolo a nuestros viajes, pasamos de subir montañas en Nepal o nadar con tiburones en Malasia a unas locas aventuras en Walthamstow, una hípster localidad londinense, paseando a Tam y viviendo en una bellísima (y típica) casa inglesa. Un claro ejemplo de envejecer y empobrecerse evolución humana.
Básicamente, cómo funciona ésta locura ? Un inconsciente que no nos conoce (en este caso llamada Joe), no sabe quienes somos ni que hacemos de nuestras vidas, nos da las llaves de su casa con todo adentro (mascota incluida) y se va. Qué puede fallar ?

Walthamstow es Londres ?
Si, Walthamstow es Londres. Es un municipio a pocas estaciones de metro de lo «turístico». Pese a la poca distancia, es un barrio increíblemente tranquilo, plagado de espacio, con el Lloyds Park como corazón verde y con las típicas casas que vimos en la película Notthing Hill conocemos los que estudiamos la arquitectura europea (semi detached, detached, terraced). Parecen no decir mucho vistas por fuera, pero son espaciosas, cómodas, modernas y con cuidados jardines en el fondo. Y la casa de Joe, no defraudó en absoluto.
Mucha familia ensamblada, mucha pareja joven con hijos y mucha, pero mucha mascota dando vueltas a toda hora. Parques, colegios y cercanía con el Londres bullicioso. Una zona que hace años fue ocupada por clase trabajadora extranjera pero desde hace un tiempo se convirtió en reducto de británico de clase acomodada.
Tanto en la ciudad, como el Lloyds Park, mercados de fin de semana con productores locales, cafeterías «de autor», pastelerías gourmet y todo tipo de comercios donde pareciera mandatorio que figuren palabras como «orgánico» o «vegano» para que los vecinos se sientan atraídos.
Tam rompe los mitos sobre los galgos
«Son malos», «El cráneo les aprieta el cerebro» o «No son cariñosos» fueron algunas de las cosas que nos comentaron antes de llegar. Con todos esos preconceptos nos acercamos a Tam, una greyhound (galgo inglés) de 8 años, adoptada a los 5. En 24hs ya éramos uno más de la familia.
En poco tiempo ya seguía a Dany por toda la casa para controlar que no robe nada y se emocionaba cada vez que le decíamos de pasear. Resultó una mascota increíblemente tranquila que ladró 2 veces en 10 días (si, 2 !), caminó tranquilamente por el parque sin meterse con nadie más y podía quedarse sola en la casa sin el más mínimo reclamo. Si quería salir a dar una vuelta pero no a la calle, se acercaba al jardín y miraba esperando que le abrieran la puerta. Y a la noche se quedaba despierta con nosotros en el living hasta que subiéramos al dormitorio. Más cariñosa y bien portada que cualquiera de nuestros sobrinos o ahijadas.
Si, estos galgos son raros. Desgarbados, con andar cansino. No se destacan precisamente por su belleza o ternura, pero hay que reconocer que Tam nos ganó. Creo que no había escuchado nunca repetir algo a Dany como en estos días con «Tam… good girl!». Y estoy seguro que nos llevamos un gran recuerdo, pero también lo tendrá ella por el tiempo que nos dejaron compartir juntos.
Siguen las locuras
Se termina (por ahora) la etapa londinense. Próxima parada, dos semanas en Great Leighs en el Condado de Essex. No vamos a adelantar nada, solo unas pistas: Mr. Mistofelees, Roxy, Felicity, Little Doris, Buffington, Winifred y Princess Layer. Qué es ? Cuántos tornillos nos faltan ? Van a tener que esperar, pero mientras tanto a likear fotos de Dany, que como adelanto ahí van algunas para ir entrando en calor👇
Bonus Track: Tan malos no debemos ser (o no llegaron a conocernos)
Si bien el lagrimeo de Dany tornó levemente incómoda la despedida, este solo duró unas cuadras (y deben haber pensado que le pegué). Pero del lado positivo, es una caricia al alma que antes de irnos nos hayan sorprendido con este gesto. Indica que más allá de las bromas, dejamos una marca y demostramos que no hacemos esto solo por viajar sino porque nos hace tan felices como a ellos.