Mié. Sep 18th, 2024

Cambiamos la meca de la pluma por una de las cunas del estudio. Tantas ciudades universitarias hemos visitado que al llegar a Cambridge uno cree que nada lo podrá sorprender. Que será lo de siempre pero con mejor marketing. Error ! No solo porque nos hayamos encontrado verdaderamente en una ciudad estudiantil, donde a cada paso vemos donde estudió alguien que cambió el curso de historia (no Dany, nadie de Gran Hermano). La sorpresa mayúscula en Cambridge pasa porque es igual que cualquier barrio chino alrededor del globo terráqueo. Está explotado de asiáticos que estudian o visitan. Que visten los atuendos de cada universidad, sea por pertenecer o porque les resulta atractivo. Hay locales que solo venden ropa de cada casa de estudios, como si de Gryffindor, Hufflepuff, Slytherin o Ravenclaw se tratara. Y no, no encontré Hogwarts !

 

Cambridge tiene historia

Si buscamos un momento bisagra en la historia de la nombrada ciudad en 1951, podríamos decir que es en 1209 cuando se establece la Universidad de Cambridge. Más de 800 años de antigüedad, pero tan solo un momento en la historia si consideramos que hallaron vestigios de civilización de al menos el 1.000 A.C. En los siglos siguientes continuaron incorporándose «colleges», como Peterhouse o King’s. Y aún hasta el día de hoy, cada uno de estos compite por contar que eminencias transitaron por sus aulas.

Recorrer Cambridge significa explorar los famosos colegios, como el King’s, el Trinity o el St John’s, entre los 31 que hay disponibles. Uno arquitectónicamente más maravilloso que otro y todos con cuidados y espaciosos jardines. Nunca mejor aplicado el trillado «de película». Como dato negativo, entrar a ver cada uno de estos sitios conlleva pagar una entrada. En el país donde los museos son gratuitos, recorrer las universidades tiene costo. Claro que permite recorrer los mismos pasillos que alguna vez, siendo jóvenes, caminaron Charles Darwin, Isaac Newton o Stephen Hawking.

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Como gastar en entradas recorrer universidades no es lo nuestro, aprovechamos para otras actividades. Siempre y cuando no lloviera, lo cual fue una fija en la mitad de nuestra estadía. Luego, afortunadamente llegó el sol y ya casi parece verano. Lo cual es bueno considerando que estamos en… verano. Es Inglaterra, es lo que hay 🤷‍♂️. Pero que más hicimos ? Pasear por Trinity St., la calle principal de Cambridge y donde se encuentra el Trinity College. Nosotros los ingleses (?) la llamamos «High Street» y es una calle plagada de bancos y pequeñas tiendas, mayormente ubicados en edificios de carácter histórico.

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En la ciudad serpentea el Río Cam, por lo cual es usual ver a los turistas pagando un absurdo por ser llevados en una especie de góndola llamada «punt» o ahorrar y ser uno el que la tripule. Ambas cosas vergonzosas pueden apreciarse desde la variedad de puentes que ofrece la ciudad. Seguro alguno ya pensó Río «Cam» y un puente («bridge») ? Si, la toponimia va por ese lado (Dos En el Camino, aburrimiento y aprendizaje garantizados !). Si después del deporte aún quedan ganas, se puede pasar por una iglesia redonda del 1130 o ver el reloj Corpus, inaugurado por Stephen Hawking,

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Todo esto, así como un nivel de precios digno de Londres, convierten esta ciudad en un gran lugar para visitar, pero quizás no para quedarse mucho tiempo. Qué hicimos nosotros ?

Cottenham es lo mismo, o casi

Nuestras semanas en Cambridge no las pasamos en Cambridge (?). No es ninguna adivinanza, sucede que nos alojamos en Cottenham, a unos 30 minutos la ciudad. Este barrio, típico de clase media y con las casitas inglesas tradicionales que ya conocemos, parece vivir siempre en Domingo. Posee 1 mercado y 2 restaurantes y 2 pubs, obviamente uno a 10 metros del otro. En uno de ellos nos tocó compartir con más de 50 motoqueros de la zona, los típicos de las películas con chaleco de cuero, largas barbas y Harley Davidson haciendo juego.

Una gran plaza central, tráfico inexistente y calles desiertas. Granjas y caminos con mucho verde y árboles frutales de los que Dany robaba sin cargo de conciencia. Poca gente, mayormente vecinos paseando a sus mascotas. Y saludadores, además, por lo que a los pocos días mal podíamos salir sin pasar la mayor parte del tiempo charlando sobre un perro y sus gustos o lo difícil del clima. Solo para clarificar: no es necesario indicar quién se detenía ante cada animal que nos cruzáramos, no ?

Además de convertirnos en la típica pareja suburbana, compartimos tiempo con Mike, The Trike. El apodo no se lo inventamos, ya lo traía y se debe a que tiene 3 patas. Perdió una en un accidente en Vietnam, de donde es originalmente. Esperen, no lloren: además es sordo.

Ni la falta de una pata, ni la carencia de audición lo limitan. Es cierto, muchos otros perros le hacían bullying (juramos que si !) pero Mike lo sabe llevar. Le encantaba pasear hasta cansarse y no dejó de acompañarnos un minuto cuando estábamos en casa. Hasta le hizo compañía a Dany mientras escuchaba música, momentos en lo que yo envidiaba la sordera del can…

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Una experiencia única con un cliente que nos hizo todo fácil y que no dejaba pasar la oportunidad de mostrarse agradecido. Cómo ? Acercando la cabeza para que lo acariciemos, porque si levantaba una pata se caía 🥺. Meses antes de llegar a Cambridge ya nos cuestionábamos el porque nos habíamos cargado con esta mochila y al irnos nos dimos cuenta de lo increíblemente afortunados que habíamos sido compartiendo tres semanas con Mike. Dany lloró y ya lo extraña, obviamente. 👈 No importa cuando leas esto.

Volviendo al Primer Amor

Nunca entendí la frase «siempre se vuelve al primer amor», pero si fuera válida, en Inglaterra ese amor sería Londres. El primer lugar que conocimos y el que visitamos varias veces hasta adentrarnos en la Inglaterra «profunda». Ahora pasaremos al menos una semana en Londres, así que comprobaremos de primera mano la veracidad de la máxima.

Hasta entonces, será Dany la encargada de contar nuestro día a día. Y mientras todos piensan sobre la frase anterior y su primer amor, cierro la historia de nuestro paso por Cambridge y vuelvo no al primer amor, pero si al verdadero, que me espera para seguir conociendo el mundo juntos. Chau, hasta el próximo posteo.